Un fugaz pensamiento

Creo firmemente que los seres humanos estamos diseñados para estar acompañados, para formar un equipo, para que uniendo fuerzas, salgamos adelante de cualquier problema que nos aqueje, y que además de todo, estamos diseñados para preservar nuestra propia especie.

Este issue, en especifico, viene siempre acompañado de muchos bemoles, ya que algunos fríamente tiran a la eugenesia, otros sentimentalmente, tiran al cobijo y el buen amor no importando lo que signifique esto, es el solo hecho de conseguir esa formula magistral de la felicidad. Por otro lado están los que buscan el justo medio en el que todo es un equilibrio, ficticio o no, teniendo o no teniendo en cuenta la belleza del o de la "susodicha" pero al final del día todos buscamos estar en pareja, por muy tardado o prematuro que esto sea.

Luego aparece la presión social y la biológica, que nos juegan unos desaguisados del tamaño del estadio Azteca, ya que si caemos en este tipo de presión, nos encontrarmos en una estación donde tomaremos el primer tren que llegue considerando que es la ultima corrida de la vida, y al final vienen los fracasos y los divorcios y sinsabores.

Pero no nos damos cuenta de que este tipo de delicadas decisiones, son de vital importancia para nuestro futuro, y al final del día, todos (o por lo menos la mayoría, quiero suponer) no tenemos insertado el chip del divorcio express, sino que por el contrario buscamos el bienestar de nuestra nueva familia y conservamos el precepto religioso o el legal de "hasta que la muerte nos separe".

Qué es lo que hace que todo funcione?

A mi parecer y desde mi punto de vista pues son sencillos pero complicados a seguir, los puntos que nos mantienen en este mundo de las relaciones interpersonales son: la comunicación, el compañerismo y la complicidad, el respeto, el formar un buen equipo de trabajo y el amor confiado.

La sentencia es la sigiente:

¿Qué tanto estamos dispuestos a ceder y a volver a empezar?...

Y mientras tanto, sigo mi camino a la cama pensando en un pronto acompañado de un confort disfrazado de sonrisa.

Creer o no creer...

Y aquí estoy, postrado en el futón de la habitación más asediada de mi casa, inmerso en el pensamiento y atento a una sola idea: - creer o no creer -...

Que tan ciega es la confianza para darla de lleno y creer en las personas, sin ningun prejuicio, sin ningún resquicio de duda y desconfianza que hace hervir la sangre y formar mil y un ideas que alteran los sentidos y sentimientos hasta un punto crítico en el que es mejor no pensar, y es mejor evadir o mejor aún, ocuparse para dispersarse.

La experiencia familiar dicta ciertas frases mal gastadas como: "piensa mal y acertarás", o "Si el río suena es que agua lleva", y al final del día quien nos asegura que todo el tiempo esas premisas van a servir o son puras y precisas???

Sigo hundido en la soledad de mi estudio, el viento azota la puerta de entrada cerrandola y dandome el tiempo de finalizar de este post, advirtiendo la presencia del frío de esta tarde y trayendome a la mente otra perspectiva:

Creo vagamente en ti y plenamente en el amor...